Como se suele decir no nos despegamos de allí ni con agua caliente, cuando uno se siente cómodo y en buena compañía lo último que quiere es marcharse y eso fue precisamente lo que nos ocurrió el domingo, que no teníamos ningunas ganas de despedirnos y tuvieron que aguantarnos hasta las cinco y media. Hemos pasado tres días estupendos que han cerrado el verano y que alimentarán nuestro recuerdo durante los fríos días del invierno. Estos chicos se han ganado que les hagamos la ola, que les manteemos, que les demos las dos orejas , el rabo y si hace falta hasta los sacamos a hombros o al menos a Mar que es mas ligera. Lo único que faltó fue el nocturno de las luces rojas
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Muchas gracias a todos lo que han cedido su tiempo para que los demás podamos pasarlo bien.