Estamos encantados de haber asistido a un evento tan genial.
Superando nuestras mejores expectativas,
Paraiso llaman a Cantabría y a sus bosques; se quedan cortos...
El vestuario a la hora de la paella, nos dejó mudos y algún que otro piropo se escapó
Con la comida vino la sobremesa y los locos de los Caches. ¿No saben hablar de otra cosa?
Tres, dos uno, ¡YA! ¡Corred corred que el primero que llegue se lleva el nocturno!
A la vuelta al camping no pudo dejar de llover, una señal más de Cantabria.
Cansados y molidos nos levantamos pero con ganas de disfrutar un nuevo día.
Un relajante paseo por la playa nos hizo disfrutar como niños (incluidos los niños).
Las vistas desde el punto geodésico asombrarían hasta el más pintado.
Antes de partir, comimos a la sombra de un pajarillo amarillo. La comida es otra maravilla Cantabra
Resta dar las gracias a todos los que hicieron posible este viaje mágico y encantador. Gracias chicos.